sábado, 8 de enero de 2011

ENTONCES EL BESO CONOCIA EL NORTE Y EL SUR...


Entonces el beso conocía el norte y el sur,
el este y el oeste de toda cartografía
como si antes de labio en medio de la lluvia
hubiera sido rosa de los vientos
o brújula del corsario de los siete mares.

Nada estaba preparado
-dormían las leyendas su sueño abisal-
y sin embargo no cabía margen alguno de error:
cada noche atracaba en su alborada,
cada zozobra en su bahía,
cada deseo en su rompeolas.

Así era el amor,
volver a casa
con la red llena de certidumbres
nunca un naufragio en alta muerte
silenciosa
como ahora.

(Almudena Guzmán)

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